Mindfulness y la sintonía con nuestro cuerpo: Darse tiempo para recuperarse

Escuchar nuestra experiencia

¿Cuántas veces reconocemos (a cierto nivel) que no nos encontramos bien y, sin embargo, nos obligamos a seguir adelante a pesar de todo? Ya sea con compromisos laborales o sociales, muchos tenemos la sensación de que no podemos parar, incluso cuando nos sentimos física o emocionalmente agotad@s.

Cuando nos sentimos mal, puede ser difícil imaginar que alguna vez nos sentiremos mejor, por lo que puede parecer que tomarse un tiempo para recuperarse no servirá de mucho. Sin embargo, con el tiempo, volveremos a sentirnos mejor, y tomarnos un descanso de nuestras agitadas agendas puede ser justo lo que necesitamos para volver a encontrar la salud y la claridad.

Recibimos constantemente señales de nuestro cuerpo y nuestra mente sobre nuestro estado actual. Si nos sentimos bien, podemos experimentar ligereza en el cuerpo, o una mente clara, más optimismo, mayor capacidad de recuperación, etc. Cuando no nos sentimos bien, por ejemplo, si no nos encontramos bien físicamente, puede que empecemos a sentirnos cansados o que nos duelan algunas partes del cuerpo; puede que nos sintamos irritables o llorosos, aparentemente sin motivo. Sin embargo, siempre hay alguna razón detrás de cómo reaccionamos ante la vida.

Sintonizar

La atención plena es la práctica de percibir el momento presente con amabilidad y sin juzgar. No sólo se aplica a situaciones externas, sino también a nuestra experiencia interior.

Practicar la atención plena nos ayuda a estar más en sintonía con nuestro cuerpo y a darnos cuenta de que tenemos derecho a parar y tomarnos tiempo para curarnos. En lugar de ser una señal de debilidad o incapacidad, darnos tiempo para recuperarnos, ya sea física o emocionalmente, es una señal de que nos respetamos y cuidamos.

Estamos tan acostumbrados a pensar en lo que los demás necesitan de nosotros, que a muchos nos resulta incómodo anteponer nuestras propias necesidades. Somos tan conscientes de nuestras responsabilidades que puede parecer imposible decir: “Oye, voy a tomarme unos días para cuidarme”. Pero cuidarse no es egoísta.

Permitirnos tiempo y espacio para recuperarnos es nuestra forma de honrar nuestra existencia. Además, si estamos descansados, sanos y tranquilos, seguro que beneficiamos más a los que nos rodean.

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Honrar nuestro cuerpo y nuestra mente

Es importante dedicar tiempo a escuchar realmente cómo nos sentimos. Una buena forma de hacerlo es con una meditación de exploración corporal. Durante una exploración corporal, centramos la atención en cada parte del cuerpo y nos percatamos de los sentimientos, las sensaciones e incluso las emociones que puedan surgir. Es una forma de fijarnos en nosotros mismos, como cuando nos sentamos con un amigo y le escuchamos hablar de cómo se siente.

Si estamos acostumbrados a las prisas y a llevar una vida ajetreada, este concepto puede parecer un poco desalentador. Si nos tomamos este tiempo para entrar en contacto con nuestro cuerpo y nuestra mente, ¿qué podríamos descubrir? Es cierto que podríamos descubrir dolores y molestias, opresión o tensión, o emociones dolorosas que hemos reprimido. Sin embargo, sintonizar con estas sensaciones, prestarles atención y abordarlas con cuidado y amabilidad es una forma de honrarnos a nosotros mismos.

La vida es más fácil cuando nos controlamos con regularidad, reconocemos nuestros sentimientos y atendemos nuestras necesidades a medida que surgen.

En lugar de ignorarnos y acumular dolor, enfermedad o malestar, podemos tomar la decisión consciente de tratarnos con el mismo cuidado que trataríamos a otros en nuestra misma situación. Si estamos enfermos, podemos acostarnos y darnos el descanso que insistiríamos en que se dieran nuestros seres queridos. Si hemos trabajado demasiado, podemos tomarnos unos días libres para reequilibrarnos, del mismo modo que lo haríamos si estuviéramos físicamente enfermos.

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